Vistas de página en total

sábado, 2 de diciembre de 2017

NO QUIERO DÍA INTERNACIONAL DE LA DISCAPACIDAD.

Solo se celebran días internacionales para conmemorar causas perdidas. Se trata de una excusa para montar un tinglado popular que muestre claramente el interés de los poderes públicos y la sociedad en su conjunto por la causa homenajeada.

Casi siempre se consigue juntar a bastantes ciudadanos de buena voluntad y a buen número de implicados personalmente en la causa objeto de la conmemoración. Todos ellos, acompañados de los políticos de turno y en ambiente festivo, pronuncian discursos y se reparten distinciones, premios e infinitos buenos deseos.El estallido festivo justifica el olvido cotidiano de esta causa que nadie recordará cuando pase este día.

Hoy nos toca a las personas con discapacidad, mañana será cualquier otro colectivo olvidado a su suerte por unos dirigentes desbordados por el día a día y preocupados, sobre todo por conceder cualquier deseo, razonable o no, a quien es capaz de exigirlo con tal potencia y determinación que pueda alterar el sosiego social. Así nos encontramos colectivos, a los que particularmente admiro, que consiguen aquello que reivindican no por tener razón en reclamarlo, sino por hacerlo de un modo tan rotundo y definitivo. Éstos nunca tendrán un día internacional reservado.

Vayamos a la Discapacidad, causa perdida que se conmemora hoy. No habría nada que conmemorar en nuestro país si se cumplieran las leyes, si en vez de tanto discurso y declaración de intenciones políticas, los que mandan, tuvieran en realidad intención de cumplir las leyes que tienen obligación de cumplir y hacer cumplir.

Los derechos de las personas con discapacidad están reconocidos por todas las declaraciones, códigos, leyes, reglamentos y normas. Existe infinita y excelente documentación  al respecto, firmada por todos los jefes y presidentes imaginables, pero no hay intención de cumplirlas.

¿Qué ocurriría si las personas con discapacidad reclamaran el cumplimiento estricto de toda la normativa y legislación vigente? ¿Qué pasaría si lo hicieran de manera rotunda y definitiva? Pues la voluntad política aparecería por arte de magia, aparecerían los recursos necesarios y los derechos de las personas con discapacidad pasarían, de ser declaraciones fastuosas, a ser una realidad.

En ese momento quedaría vacante el día internacional de la Discapacidad. ¿Se imaginan el día internacional de la Banca, de las Eléctricas, de las Petroleras, de los Políticos, etc….?

Pido un favor, a quien reparta los días internacionales. Guárdese su día de la Discapacidad, no lo queremos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario